La tendencia mundial hacia la creación de familias más pequeñas refleja que las personas toman decisiones sobre su vida reproductiva y eligen el número de hijos que desean tener y en qué momento. La falta de opciones en este sentido repercute a largo plazo en las tasas de fecundidad, que tienden a ser más altas o más bajas de lo que la mayoría de población realmente quisiera, según refleja el Estado de la Población Mundial 2018, publicado por el UNFPA, la agencia de las Naciones Unidas dedicada a la salud sexual y reproductiva.