Este documento tiene por finalidad exponer argumentos de racionalidad epidemiológica y de derechos humanos que demuestran que las políticas públicas de salud construidas a partir de enfoques analíticos que consideran las desigualdades sociales generadas por jerarquías construidas a partir de categorías tales como género, raza/etnia y edad, pueden operar como estrategias de reducción de la pobreza e inclusión social.