Atacar la pobreza directamente – como cuestión de derechos humanos, a fin de acelerar el desarrollo y reducir la desigualdad dentro de un mismo país y entre distintos países – ha pasado a ser una urgente prioridad mundial. Los líderes mundiales han convenido en diversas nuevas iniciativas, entre ellas los Objetivos de Desarrollo del Milenio (MDG) de las Naciones Unidas. Este año, el informe El Estado de la Población Mundial contribuye al debate y orienta las acciones