Dr. Babatunde Osotimehin
DIRECTOR EJECUTIVO DEL UNFPA
En la actualidad, existen más de 600 millones de niñas en el mundo, más de 500 millones de ellas en países en desarrollo. Ellas están dando forma al presente y al futuro de la humanidad. Las oportunidades y opciones que las niñas tienen en la adolescencia les permitirán comenzar sus vidas de adultas como ciudadanas empoderadas y activas.
Con las capacidades y oportunidades adecuadas, pueden invertir en ellas mismas, sus familias y sus comunidades. Sin embargo, los embarazos ponen en peligro los derechos, la salud, la educación y el potencial de demasiadas niñas adolescentes, privándoles de un futuro mejor.
Alrededor de 16 millones de niñas de entre 15 y 19 años de edad, dan a luz cada año y complicaciones en el embarazo o parto son la principal causa de muerte entre las niñas en estas edades, especialmente en países en desarrollo.
Los embarazos en adolescentes no son solo una cuestión de salud, sino una cuestión de desarrollo. Están arraigados en la pobreza, desigualdad basada en el género, violencia, matrimonios forzados de niñas, desequilibrio de poderes entre niñas adolescentes y sus parejas masculinas, falta de educación, y el fracaso de los sistemas e instituciones para proteger sus derechos. A fin de abarcar estas cuestiones a nivel mundial, el Día Mundial de la Población de este año se enfoca en el embarazo en adolescentes.
Poner fin al ciclo de embarazos en adolescentes requiere un compromiso por parte de las naciones, comunidades y personas, tanto en países en desarrollo como en países desarrollados, para invertir en niñas adolescentes. Los gobiernos deben aprobar y aplicar leyes nacionales para aumentar la edad del matrimonio hasta los 18 años y deben promover esfuerzos comunitarios que respalden los derechos de las niñas y prevengan el matrimonio infantil y sus consecuencias.
A los adolescentes y jóvenes se les debe ofrecer educación integral sobre la sexualidad apropiada para su edad a fin de desarrollar el conocimiento y aptitudes que necesitan para proteger su salud a lo largo de sus vidas. Sin embargo, educación e información no son suficientes. Los servicios de salud reproductiva de buena calidad deben también estar fácilmente disponibles para que los adolescentes tomen decisiones informadas y sean saludables.
A nivel local, las comunidades deben ofrecer la infraestructura para entregar cuidado de la salud reproductiva adaptado y sensible a los jóvenes.
La base de todos estos esfuerzos es el entendimiento de que la dignidad y los derechos humanos de las niñas adolescentes deben respetarse, protegerse y cumplirse. Actualmente, solicitamos a los gobiernos, las comunidades internacionales y todos los interesados participantes que tomen las medidas necesarias para que las niñas adolescentes puedan tomar decisiones responsables y que les ofrezcan el apoyo necesario en casos donde sus derechos estén amenazados.
Cada mujer joven, sin importar dónde viva o su circunstancia económica, tiene el derecho de cumplir con todo su potencial humano. Actualmente, a demasiadas niñas se les niega este derecho. Podemos cambiar esto y debemos hacerlo.