Declaración de la Directora Ejecutiva del UNFPA, Dra. Natalia Kanem
Día Mundial contra la Trata de Personas 2020
Cada año, decenas de personas son víctimas de trata entre fronteras y al interior de las mismas. Mientras que los hombres y los niños tienden a ser objeto de trata con fines de trabajo forzado, las mujeres y las niñas tienden a serlo para obligarlas a realizar trabajo sexual.
Dra. Natalia Kanem |
Las víctimas preferidas por los traficantes de personas son las personas pobres y vulnerables, a las que obligan a vivir en condiciones abominables en las que se violan todos los derechos humanos. Hacen uso de la violencia física y psicológica, las drogas y el abuso sexual como armas para controlar a sus víctimas. Y junto con la explotación y el abuso sexual se genera un mayor riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH, lo que provoca que una situación ya de por sí terrible se vuelva mortal.
Incluso en la mejor de las circunstancias, las mujeres y las niñas en todo el mundo tienen menores probabilidades que los hombres y los niños de disfrutar sus derechos fundamentales a la salud, la autonomía, la integridad corporal y a vivir libres de violencia. La trata lleva todas las desigualdades al extremo.
En este, el Día Mundial contra la Trata de Personas, hago un llamado a los gobiernos nacionales y locales, las fuerzas del orden, los sistemas de justicia penal y las organizaciones de derechos humanos, de modo que redoblen sus esfuerzos para identificar y denunciar la trata, llevar a sus perpetradores ante la justicia, y apoyar a las y los sobrevivientes.
También hago un llamado a los gobiernos, las organizaciones comunitarias, las escuelas y otras instituciones, para que inviertan en las mujeres y las niñas y garanticen su igualdad de derechos y oportunidades, de modo que puedan desarrollar su potencial y vivir una vida digna, libres de daños.
Es necesario realizar esfuerzos adicionales durante la pandemia de COVID-19, que está afectando medios de vida, agudizando la pobreza y aumentando la vulnerabilidad de las mujeres a los tratantes, cuyas artimañas se pueden volver más difíciles de detectar durante los periodos de confinamiento.
La trata jamás debe ser tolerada, y nuestra lucha contra la misma debe continuar incluso durante la pandemia. No debemos detenernos hasta que logremos que esta violación a los derechos humanos llegue a su fin.